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domingo, 2 de junio de 2013

Manualidad en morado: pie de lámpara


Esta es mi hermana Maite, nuestra experta en manualidades dentro de la empresa. En esta ocasión, nos va a explicar cómo ha transformado unos pies de lámpara de madera de haya en bonitas lámparas de mesilla en tonos morados, para que queden integrados en el conjunto de una habitación, que está decorada en esos tonos.

"Lo primero que se debe hacer es lijar suavemente la madera para abrir el poro y que la imprimación penetre mejor en la superficie para cerrar el poro de la madera. Al ir pintada en color, puedes utilizar como tapaporos tanto goma laca, como un gesso acrílico, pintura acrílica o una laca tapaporos. Cuando la imprimación esté bien seca, vuelve a lijar suavemente para quitar las posibles asperezas que aparecen al humedecer la madera. 
Tras esto, comenzamos a aplicar el color. En este caso, morado. Es mejor aplicar siempre dos manos para que quede bien cubierto y, a veces, volver a lijar para que quede bien liso.
Para dar un toque diferente, he aplicado una pátina rosa. La pátina se aplica con un pincel y al momento se retira el exceso con un paño que no suelte pelusa, cargando más por unas zonas que por otras (depende del gusto personal). 
Para darle un brillo especial, una vez seca la pátina rosa, se aplica un poco de plata resbalada en las zonas de relieve de la pieza. Es decir, 'a pincel seco': se unta un pincel con un poco de plata, descargamos el exceso en un trapo, de forma que apenas tenga pintura, y se va aplicando en las zonas elegidas.
Una vez todo seco, se acaba el trabajo con dos manos de barniz. En este caso, he empleado un barniz acrílico satinado. Para integrar también la tulipa, y que estuviera a tono con la decoración, he pintado los bordes en morado y plata, a juego del pie de lámpara."
Espero que os haya gustado. La seguiremos mareando para que nos dé consejos.

domingo, 19 de mayo de 2013

Cuidado y mantenimiento de embarcaciones



Ahora es el momento de que os preocupéis por el estado de conservación de vuestras embarcaciones, para así poder disfrutarlas este verano.

Para mantener en buen estado un barco de madera, se debe limpiar con agua dulce y detergente la zona exterior y encima de la línea de flotación, para eliminar la grasa acumulada. Para poder comprobar si hemos dejado algún resto de grasa, mojamos con agua dulce, y si se forman gotas es porque todavía quedan restos, mientras que si ésta resbala sin dificultad es porque esta limpio.

Una vez limpia y seca la superficie, se lija hasta matizarla y sellamos las imperfecciones con masilla sintética y tras lijarla, la podemos pintar con un esmalte sintético aplicando dos manos de pintura. Es importante que la superficie debe estar a temperatura ambiente.

Si la embarcación es de fibra, aunque el gelcoat de las embarcaciones de fibra de vidrio es fuerte y duradero, si no se protege correctamente se deteriora con el tiempo. Para su mantenimiento utilizamos la misma fórmula que en las de madera pero aplicando masilla de polyester para las imperfecciones, y un acabado en esmalte de poliuretano de dos componentes. Si el casco está en buenas condiciones, pero sucio, aplica un limpiador tipo cleaning de Hempel que lo deja totalmente limpio.

Para el cuidado de debajo de la línea de flotación, aplicamos un antiincrustante o antifouling. Antes de proceder a su aplicación debemos lavar la superficie siempre con agua dulce. Y a la hora de lijar bajo la línea de flotación, recuerda que debemos hacerlo siempre con la superficie húmeda, nunca en seco, porque el polvo es nocivo. Después del acabado, deben pasar 24 horas como mínimo, o dos meses como máximo para echarla al agua.

Para el mantenimiento de la madera de cubierta, si es de teca debes limpiar y lijar suavemente, siempre en dirección a la veta, y aplicar dos manos de aceite de teca. Ten en cuenta que la madera esté a temperatura ambiente.

Para los demás tipos de madera, puedes utilizar un barniz marino de acabado brillante, o un lasur o barniz a poro abierto. Las ventajas de los lasures ya hemos comentado anteriormente, destacando que no se cuartean ni escaman, y con un mantenimiento mínimo, pero con un acabado satinado.

jueves, 9 de mayo de 2013

Mueble escalera en madera y resina


He aprovechado un pequeño hueco en la cocina, entre la ventana y el armario, para montar un "pequeño jardín." Para ello, he utilizado un mueble en forma de escalera. Me encanta desayunar contemplando las plantas, me parece algo reconfortante.

El mueble es de madera de pino con los frentes de los cajones decorados con relieves de resina. Para decorarlo, tras lijar toda la zona de madera, se procedió a teñirla con tinte blanco para madera (también puedes emplear como tinte pintura acrílica diluida a partes iguales con agua). Aplica dos manos de tinte y lija bien la superficie para resaltar la veta de la madera.

Para decorar los frentes de resina, se aplicó una mano de imprimación blanca, y una vez seca esta, se pintaron en colores alternos (azul, rosa y crema), con pinturas acrílicas para manualidades. Tras aplicar dos manos de esta pintura, y una vez bien seca, se procedió a la aplicación de una pátina blanca sobre todos los relieves del frente de los cajones.

La pátina la vas limpiando según la vas aplicando, para así evitar que se pose demasiado y cubra mucha superficie. Así iremos eligiendo donde queremos que quede marcada, y la zona ideal es el fondo de los relieves, para que nos marque más los dibujos de la resina.

Para el acabado, elegimos un barniz de poliuretano satinado, es un barniz de gran dureza y te permite colocar objetos encima sin temor a las manchas y a los golpes, ya que no salta por el uso. Conviene aplicarlo en capas finas siguiendo el sentido de la veta de la madera, y lijar suavemente entre ambas capas de barniz.

Como podéis ver, con este mueble queda un rinconcito alegre en la cocina, y hasta las plantas tienen más vida.

miércoles, 17 de abril de 2013

Protección para la madera de exterior


No existe elemento más decorativo y hermoso en una vivienda que la madera. Puede estar presente en ventanas, contraventanas, balcones, puertas, pérgolas, porches, casas de madera, vigas, vallas, muebles de jardín, etc. El simple hecho de su presencia da un toque de calidez a nuestro hogar.

Si bien es cierto que requiere más cuidados que otros materiales como pueden ser el aluminio o el PVC, a diferencia de estos que sudan, y son proclives a producir condensación, la madera es un elemento vivo, y transpira.

Hoy en día tenemos en el mercado una serie de productos lasures, que a diferencia del barniz tradicional no se cuartea ni escama con el paso del tiempo. Su mantenimiento es mucho más cómodo, no requieren un lijado previo a su aplicación una vez hayan sido utilizados, ya que no se "pelan" por el efecto del sol, simplemente suelen decolorarse con el paso del tiempo.

Estos lasures son unos tintes protectores a poro abierto para la madera, por lo que al no formar una película de barniz, esto evita que no se cuarteen ni se escamen, ya que el producto penetra en la madera, y no queda en la superficie.

Para poder aplicar este producto, la madera debe estar virgen o haberla dejado limpia de cualquier resto de pintura o barniz, para que el producto pueda llegar a la madera y protegerla desde dentro.

Antes de aplicar estos protectores microporosos es conveniente, sobre todo en las maderas nuevas, dar una mano de fondo protector de la misma gama, que actúa contra la carcoma, termitas, insectos y hongos xilófagos.

Una vez aplicado el fondo se aplican dos manos de tinte protector o lasur a poro abierto. Este producto es transparente, y se presenta en acabado mate o satinado, con diferentes tonos de madera (roble, nogal, pino, teca, etc.). Son productos con una alta resistencia a la intemperie y a los rayos ultra violeta, y también son hidrófugos, es decir, que impiden la absorción del agua. Y al tratarse de productos transparentes, su acabado resalta la veta natural de la madera.

domingo, 24 de febrero de 2013

Cómo restaurar una máquina de coser


Una lectora, María, me pregunta a través del correo electrónico (decomartin@euskalnet.net) cómo restaurar una antigua máquina de coser de pedal para convertirla en una mesa decorativa. La pieza es de hierro y está oxidada.

Lo primero que tienes que hacer es lijar bien el hierro para quitar los posibles desconchones y dejar la superficie lo más fina posible. A continuación, aplica una imprimación antioxidante o minio de plomo. Tras esperar el tiempo de secado que te marque el producto, aplica una primera mano de pintura; cuando esté seca líjala suavemente, y das la segunda mano de acabado. Es muy importante respetar el tiempo de secado entre mano y mano de pintura.

Las opciones más decorativas para restaurar una máquina de coser son el acabado en esmalte negro mate, laca satinada negra, y la pintura negra forja, que es un esmalte satinado rugoso. Y, debido a su pigmentación metálica, no es un negro puro, y se parece más a un gris oscuro. La ventaja de utilizar este tipo de pintura forja es que lleva incorporado el antioxidante.

Para la encimera puedes utilizar una pieza de mármol, granito o bien madera. Si tu opción es esta última (por ejemplo, madera de pino), tras lijarla bien, aplica una o dos manos del tinte para madera del color que te guste, lijando entre mano y mano para sacar bien la veta de la madera (cuantas más manos dés, más se oscurecerá la madera). Una vez teñida, aplica dos manos de barniz de poliuretano en acabado satinado o brillante, depende de cómo te guste, lijando suavemente entre mano y mano, y siempre en el sentido de la veta de la madera.

El barniz de poliuretano es más duro y resistente que el barniz sintético, y al tratarse de una mesa es mejor que uses el que es especial para suelos de madera, porque su resistencia al uso es mayor y no salta con los posibles golpes.

Insisto: al aplicar esmaltes y barnices es muy importante respetar el tiempo de secado entre mano y mano de pintura, y no olvides lijar suavemente entre mano y mano de aplicación. Y, en el caso de la madera barnizada, lijad siempre en dirección a la veta.

jueves, 31 de enero de 2013

El color en el Feng Shui



El arte chino del Feng Shui, que busca la armonía y el equilibrio del entorno personal, atribuye gran importancia a la distribución y combinación de colores en las diferentes estancias de una casa.

En el Feng Shui existen cinco elementos, y a cada uno se le atribuye un color:
MADERA: VERDE 
AGUA: AZUL y NEGRO
FUEGO: ROJO
METAL: BLANCO
TIERRA: OCRE
Estos elementos también nos están determinados según la fecha de nuestro nacimiento (yo soy agua y, efectivamente, mi color preferido es el azul).

Para saber los colores que recomienda el Feng Shui, a la hora de pintar tu casa hace falta una brújula y tener en cuenta los cinco elementos. Al sur, Fuego: todos los matices del rojo, amarillo y anaranjado. Se consideran colores yang, y combinan con los ocres y colores tierra, siendo fatal su alianza con el blanco.

Al norte, Agua: azules y negro. Van bien con los colores madera (verdes y castaños), pero no debemos mezclarlos con el rojo, porque el agua apaga el fuego. Son colores yin.

Al este y sudeste, madera: todos los matices del verde y castaño. Se combinan bien con el rojo. Son colores yang. Al oeste y noroeste, metal: oro, plata y blanco. Son colores yang que combinan muy bien con los colores de agua, pero no deben combinarse nunca con los colores de madera, porque destruyen el crecimiento. Al sudoeste, centro y nordeste, tierra: todos los matices del ocre y castaño. Son colores yin y van bien con los del metal.

Como veis, en el Feng Shui se debe conseguir la armonía entre el yin y el yang, pero es aconsejable que predomine la energía yang, porque es más vibrante y luminosa, más positiva, pero sin que desaparezca el yin, sobre todo en los dormitorios, para que se favorezca el descanso.

Lo que no soporto del arte del Feng Shui es su carácter enormemente machista, ya que atribuye al yin (lo femenino) todo lo oscuro, inmóvil, inanimado, pasivo, obediente, negativo, frío y débil, mientras que el yang (lo masculino) es lo contrario; es decir, todo lo positivo.