domingo, 3 de febrero de 2013

Sácale los colores a tu casa


Actualmente, si ojeamos una revista de decoración, nos encontramos con que todas las casas son clónicas. La inmensa mayoría opta por tonos neutros, arenas y blanco roto o marfil. Es cierto que los colores neutros permiten jugar con todo tipo de decoración, y da sensación de amplitud, pero son aburridos.

Si te gustan estos colores, personalízalos dando un toque de color intenso a una de las paredes. Por ejemplo, en los dormitorios: hazlo en la pared en que se apoya el cabecero. Y si tu opción es el gris, incluso atrévete a pintar una pared de negro. Te asombrará el resultado. Si por el contrario tu elección es el blanco roto, utiliza un granate como contrapunto; la combinación es preciosa.

Otra cosa que debemos tener en cuenta es que no todas las casa son iguales. A la hora de elegir un color, hemos de contemplar el tamaño y la luz que tiene cada habitación.

A veces te encanta un color, o bien porque lo has visto en casa de tu vecina o en una revista de decoración, pero los metros cuadrados de tu vivienda y la iluminación no son los mismos que los de ella; y ese mismo color en tu casa puede no parecer el mismo. Un color pierde intensidad frente a un gran ventanal, y se oscurece donde hay poca luz. Aparte, deberíamos considerar el tipo y el color de los muebles que lo acompañan.

Cuando eliges un tono en la carta de colores, tienes que tener un poco de imaginación e intentar situarle en la estancia que quieres pintar. Piensa que estás viendo un trozo muy pequeño de muestra de color. Ese tono va a parecerte un poco más intenso una vez lo hayas aplicado a la pared. No es que sea diferente a la muestra que has elegido, sino que el efecto óptico va a producir que ese color, al verle en una superficie mayor, y sobre todo dependiendo de la luz que reciba (natural o focos), te puede parecer más intenso.

Cuando quieras pintar más de una habitación con un mismo color, sería conveniente que hicieses diferentes muestras de ese tono en diferentes zonas de la casa donde haya cambios de luz. La muestra debería ser por lo menos de un metro cuadrado, y debes esperar hasta que esté bien seca para que aprecies el color real. No olvidéis que la pintura cambia de verla húmeda a cuando está seca.


Y, en las habitaciones de los niños, piensa que no hay reglas estrictas: es divertido mezclar colores intensos en diferentes paredes (azul y verde; verde y naranja; azul y amarillo). Ten en cuenta que a los críos les gustan los colores vivos, y así creas un ambiente desenfadado. 

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