domingo, 21 de abril de 2013

Glicinias: el color de la primavera


Mirad qué bonitas tengo las glicinias. A ver si deja ya de llover para poder disfrutarlas. Esta planta trepadora requiere un soporte bastante sólido donde agarrarse, debido a que utiliza el sistema de tallos enroscados para sujetarse a los apoyos, y al crecer varios metros cada año, su tronco y sus ramas ganan bastante grosor.

Como es una planta que siempre me ha gustado, decidimos colocarla sobre una pérgola "casera" realizada a base de hierros entrelazados y sujetos a la base de un muro de ladrillo lucido con masa.


Para mantener en buen estado los hierros de la pérgola, aplicamos esmalte con antioxidante incorporado, eligiendo un color verde oscuro para que resulte ópticamente desapercibido con la floración. Este esmalte tiene la ventaja de que su secado es muy rápido y te ofrece dos productos en uno: la imprimación protectora para el óxido y el acabado decorativo del esmalte brillante. Este producto conviene aplicarlo cada dos o tres años para evitar su deterioro, sobre todo en este clima tan húmedo.

Para los muros se ha empleado una pintura plástica de fachadas en color blanco satinado, con componentes antimoho y antiverdín.


La glicinia es una trepadora de crecimiento rápido y que está dotada de unas hermosas flores en espigas colgantes de color azul lilaceo, aunque también existe una variedad con las flores blancas. Estos racimos de flores, ahora en primavera, cubren casi por completo toda la planta. Más adelante los racimos estarán combinados con hojas de color verde claro. El conjunto resulta precioso.

No hay comentarios: