Este tipo de acabado decorativo queda muy bien en columnas, zócalos, alrededor de chimeneas, y en tableros de mesa. Se trata de una imitación que da apariencia de material duro y pesado, por lo que conviene que limites su presencia.
Para aplicar la base puedes emplear pinturas acrílicas de color blanco o crema para imitar los mármoles claros, o emplear tonos grises, negros o rosas, dependiendo del tipo de mármol que quieras recrear.
Para imitar las vetas del mármol tenemos que utilizar diferentes colores de óleos, dependiendo del tipo de mármol que quieras recrear: siena natural, siena tostado, ocre amarillo, negro, gris, etc).
Para difuminar la veta del mármol, humedece una esponja con el glasé y el óleo y aplícala suavemente en diagonal por diferentes zonas de la pieza a decorar, luego arrastra suavemente el color formado con una paletina plana, sin apretar, casi al aire, de forma que el color quede difuminado. Para realizar estas vetas, utiliza por lo menos, dos tonos de óleos diferentes diluidos para el sombreado, y un color puro de óleo aplicado con un pincel fino o una pluma para marcar una veta más fina, y para que el efecto quede más suavizado. Puedes pasar el pincel fino al aire, para que la veta quede más marcada.
Una vez que haya secado el efecto marmorizado, aplica dos manos de barniz satinado, lijando suavemente entre mano y mano, con lana de acero fina, para que el efecto quede más suave al tacto.
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