Si has comprado un mueble de madera natural y quieres barnizarlo, lo primero que debes hacer es corregir los posibles desperfectos que presente la madera, como arañazos, pequeños golpes o muescas, etc. Es muy importante que estos defectos se descubran antes de empezar el barnizado.
Si el arañazo es superficial se podrá quitar lijando suavemente, no sólo el área del arañazo, sino toda la superficie de alrededor. Si por el contrario son arañazos profundos, deberás quitar bastante madera utilizando una cuchilla de ebanista, para acabar con una lija fina.
Para rellenar posibles muescas, agujeros y golpes existen en el mercado una serie de masillas, bien plásticas, sintéticas o de madera, que se adaptan muy bien a todas las coloraciones de las posibles maderas. Y, una vez aplicadas, solo hay que lijarlas una vez secas, pero sin esperar demasiado, por la posible dureza que adquieren.

Si deseas restaurar un mueble viejo, y el barniz anterior está en buen estado y la madera no presenta ningún desperfecto, sólo tendrás que lijarlo suavemente y aplicar dos manos de barniz de acabado. Si por el contrario, el barniz viejo está en mal estado, deberás eliminarlo ayudado de un gel decapante especial para barnices, y empezar a tratarlo como si fuera nuevo.
Si la madera tuviera polilla o carcoma, trátala antes con un producto específico, envuélvela al menos 48 horas en plástico y, tras ese tiempo, vuelve a aplicar el producto anticarcoma por si ha sobrevivido alguna larva, y vuelve a cubrirlo otros dos días más con plástico. Una vez pasado ese tiempo, cubre los posibles agujeros de la carcoma con masilla de madera, y tras lijarla ya puedes empezar el barnizado.
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