Ahora que empieza el buen tiempo es el momento de dar un repaso a los muebles de exterior.
Si son de madera de teca, iroco u otras maderas tropicales que no tienen poro, bastará con aplicar aceite de teca, bien sea incoloro o con un poco de color. Su aplicación es muy sencilla: puedes aplicarlo a brocha, con una esponja o con un trapo de algodón, extenderla bien y, tras unos cinco minutos ,retirar el exceso con un paño limpio. Este aceite tiene filtros ultravioleta para proteger los muebles de la acción solar y, a su vez, los protege del agrisamiento que suele producirse en las maderas que están en el exterior. Es recomendable aplicar este aceite por lo menos dos veces al año para mantener tus muebles de exterior en perfectas condiciones.

Si la pintura vieja está en mal estado es recomendable que apliques un gel decapante para ayudarte a despegar las capas antiguas de pintura que pueda tener el mueble. Este producto se aplica de forma abundante sobre la superficie a tratar y, tras esperar unos veinte minutos aproximadamente, verás que la pintura vieja se va despegando y así, con la ayuda de una espátula, la podrás retirar fácilmente.
Y luego, tras limpiar la superficie con disolvente, ya podrás empezar su recuperación, y si ves que tiene alguna muesca o zonas comidas por el óxido, puedes aplicar una masilla de poliéster de dos componentes o una sintética para rellenar las posibles fisuras, y tras afinarla con lija, aplicar la imprimación y proceder con el acabado.
Para adornos de jardín (como pueden ser las ruedas, carretillas, carros antiguos o cualquier objeto decorativo de madera) aplica aceite de linaza. Este aceite nutre la madera, y a su vez la confiere un ligero toque de color con un acabado satinado y natural.
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